Ante la creciente preocupación por los impactos del cambio climático, tanto países como empresas reconocen la necesidad de reducir sus emisiones de carbono y compensar aquellas que aún no se han evitado. Esta urgencia, sumada a las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) de los países firmantes del Acuerdo de París, llevó la discusión climática al sector económico. En este contexto, el mercado de carbono surge como una posible solución, ofreciendo oportunidades para enfrentar los desafíos socioambientales y obtener beneficios económicos.
El mercado de carbono implica la compra y venta de créditos generados por proyectos de compensación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Estos créditos representan una herramienta de transferencia de recursos diseñada para promover la acción contra el calentamiento global y alcanzar los objetivos de reducción de emisiones.
Normalmente, cada crédito de carbono equivale a una tonelada de dióxido de carbono equivalente (CO2e), una unidad de medida estandarizada que abarca todos los GEI en función del potencial de calentamiento global del dióxido de carbono (CO2). El valor de cada crédito varía según el mercado en el que se negocia: regulado o voluntario.
En el mercado regulado, los gobiernos establecen objetivos de reducción o límites de emisiones a través de la legislación aplicable a los sectores responsables de las fuentes de emisión. Las empresas que emiten menos que la cuota establecida tienen la opción de vender sus créditos de carbono a aquellas que exceden la cuota. En este escenario, el precio del crédito lo determina el organismo regulador.
En el mercado voluntario, el valor del crédito se establece con base en la implementación de proyectos de carbono y la certificación de los créditos de carbono para su comercialización. Las empresas compran estos créditos para compensar sus emisiones, a menudo como parte de sus objetivos de responsabilidad social corporativa. Además de vendedores y compradores, en este mercado participan financistas, empresas desarrolladoras de proyectos y entidades reguladoras, conocidas como programas de registro o estándares internacionales.
Las diferentes categorías de proyectos de Créditos de Carbono
Los proyectos de créditos de carbono se pueden implementar en diferentes categorías. Exploremos esta diversidad, utilizando la clasificación de Forest Trends Ecosystem Marketplace como referencia.
La categoría Agricultura incluye tipos de proyectos centrados en la gestión sostenible de tierras agrícolas y pastizales, incluida la preservación y restauración de ecosistemas naturales, la gestión de las emisiones de estiércol animal y fertilizantes, y la reducción de metano mediante el cultivo sostenible de arroz y biodigestores de metano.
Los Procesos Químicos/Fabricación Industrial abarcan proyectos que mejoran la eficiencia de los procesos industriales, así como aquellos que capturan y destruyen los GEI utilizados y generados en aplicaciones industriales, e incluyen también proyectos de captura y almacenamiento de carbono, ya sea en la fuente de emisiones o mediante la captura directa del aire.
Eficiencia energética/Cambio de combustible incluye proyectos que aumentan la eficiencia energética en la generación y distribución de energía y aquellos que cambian de combustibles fósiles a fuentes de energía renovables u otros combustibles fósiles con menor intensidad de emisiones, como el gas natural.
Los dispositivos domésticos/comunitarios proporcionan infraestructura que reduce la dependencia de los hogares y las comunidades individuales de los combustibles fósiles para cocinar, obtener agua limpia, calefacción y electricidad. Estos proyectos incluyen la distribución de estufas de leña limpia, sistemas de purificación y suministro de agua, electrificación rural, así como iniciativas de biogás y biodigestores centradas en la comunidad.
La energía renovable abarca proyectos centrados en el desarrollo de nuevas fuentes de energía renovable para reemplazar los combustibles fósiles, incluidos la energía eólica, hidroeléctrica, solar, geotérmica, biomasa y proyectos que utilizan metano de fuentes industriales, agrícolas o de desechos para la generación eléctrica.
La categoría de Bosques y Uso de la Tierra incluye proyectos como Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD+), Reforestación, Reforestación y Revegetación (ARR), Gestión Forestal Mejorada (MFM), Conservación de Manglares, Restauración de Humedales y Silvicultura Urbana, entre otros.
Oportunidades del mercado de carbono en América Latina
Según datos del Ecosystem Marketplace de Forest Trends, la categoría Bosques y uso de la tierra se destaca como la más grande y valiosa, con el mayor número de proyectos reportados para transacciones en 2022, seguida de Dispositivos domésticos/comunitarios y Energía renovable. Considerando el Mercado Voluntario de Carbono (MVC) a nivel global, estimaciones de la consultora McKinsey indican que los movimientos podrían alcanzar hasta US$ 50 mil millones en 2030.
En los últimos años, MVC ha experimentado un crecimiento notable, alcanzando un valor récord de US$2.000 millones en 2021, cuadriplicando respecto a 2020. Sin embargo, en 2022, el mercado registró un valor cercano al del año anterior, totalizando alrededor de 1.900 millones de dólares. Según Ecosystem Marketplace, este escenario se debe principalmente al aumento del 82% en el precio de los créditos de carbono MVC respecto a 2021, a pesar de la caída de casi el 50% en el volumen de transacciones. El estudio indica que los compradores de créditos prefieren proyectos y créditos de alta calidad, a menudo más nuevos, que ofrecen beneficios más allá de la reducción de carbono, como soluciones basadas en la naturaleza.
América Latina es una región rica en recursos naturales, con enormes sumideros de carbono y un inmenso potencial para soluciones basadas en la naturaleza y la tecnología. Esta posición representa una gran oportunidad para que la región atraiga inversiones y lidere los mercados de carbono. En 2022, los proyectos en América Latina y el Caribe fueron la mayor fuente de créditos de Bosques y Uso de la Tierra, representando el 47% del volumen de transacciones, seguidos de Asia (29%) y África (11%).
A finales de 2023, CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe- realizó un estudio sobre el tema y se comprometió a colaborar con todos los países de la región, junto a los actores relevantes del MVC. El objetivo es llenar vacíos y crear condiciones para movilizar recursos en proyectos que contribuyan a alcanzar las metas de mitigación, adaptación y restauración establecidas en las NDC.
REDD+ (Reducción de emisiones derivadas de la deforestación y la degradación)
Existe una tendencia global en los MVC a valorar los créditos de carbono generados por proyectos forestales, especialmente aquellos en la modalidad REDD+. Estos proyectos tienen una gran demanda porque ofrecen soluciones basadas en la naturaleza capaces de reducir o eliminar las emisiones de carbono. Un proyecto REDD+ se centra en el carbono almacenado en los bosques, resultado de la reducción de las emisiones de GEI derivadas de la deforestación y la degradación forestal.
Los proyectos REDD+ en la Amazonía Legal se encuentran entre los mayores sumideros de carbono anuales, sólo superados por los proyectos de reforestación. Estos proyectos tienen una longevidad significativa, que oscila entre 22 y 44 años, en comparación con otros tipos de proyectos que suelen durar entre 5 y 10 años.
Sin embargo, esta longevidad presenta desafíos para los participantes del mercado, como riesgos relacionados con la elegibilidad del crédito, el funcionamiento del mercado, el mantenimiento de áreas forestales, la distribución de beneficios y responsabilidades, entre otros. Además, existen riesgos de incertidumbres futuras, como cambios políticos, fluctuaciones del mercado y eventos extremos impredecibles. El monitoreo y verificación constantes es un proceso complejo y costoso.
En el mercado voluntario de carbono existen varios estándares internacionales en funcionamiento, cada uno con criterios y metodologías específicas para registrar proyectos y generar créditos de carbono aptos para el comercio. Verra, anteriormente conocida como Verified Carbon Standard (VCS), es el certificador líder de proyectos REDD+. Otros estándares incluyen el Gold Standard, Plan Vivo, Clima, Comunidad y Biodiversidad (CCB) y el Consejo Global del Carbono, que apuntan a beneficios sociales y ambientales colaterales más allá de la reducción de emisiones.
Desafíos socioambientales actuales del mercado de carbono
En los últimos años, la organización Verra ha enfrentado críticas por su transparencia en la verificación de proyectos de carbono, los derechos de las comunidades locales y posibles conflictos de intereses internos.
The Guardian publicó una investigación que concluyó que la gran mayoría de los créditos de compensación de bosques tropicales comercializados por Verra no cumplieron con sus promesas de reducción de emisiones, cuestionando la efectividad técnica de los proyectos y la sobrevaloración de los créditos de carbono. Se han recibido informes de violaciones y amenazas contra pueblos indígenas y comunidades locales. Verra reafirmó su compromiso de brindar soluciones efectivas para combatir el cambio climático, asegurando estándares de calidad e integridad, y buscando mejorar sus metodologías para asegurar la consistencia en las reducciones de emisiones.
Los académicos críticos del mercado del carbono argumentan que, si bien existe una lógica estructurada en torno a este mercado, su impacto real en la lucha contra el cambio climático aún no es evidente. Cuestionan su eficacia y destacan violaciones a los derechos humanos, territoriales e indígenas, así como una preocupante transferencia de la gestión de territorios y tierras públicas a entidades privadas.
Uno de estos estudios se titula “Mirando al cielo con los pies en la tierra: Áreas de uso colectivo y mercado voluntario de carbono en la Amazonia brasileña: un enfoque basado en derechos”, realizado por el estudio de abogados Hernández Lerner y Miranda, utiliza datos de Verra y adopta preceptos de derechos humanos y justicia social. El estudio destaca los riesgos relacionados a la situación territorial de las áreas de uso colectivo con título privado en los mercados voluntarios de carbono, como es el caso de las tierras quilombolas.
Es un hecho que el mercado de carbono incentiva la innovación y la inversión en proyectos de reducción de carbono, desempeñando un papel crucial en la reducción global de las emisiones de GEI. Sin embargo, persisten desafíos que requieren análisis y soluciones cuidadosas.
Además de definir estándares de calidad, es necesario priorizar la transparencia en la contabilidad de emisiones y el monitoreo adecuado, garantizar los derechos de las poblaciones locales y la búsqueda de justicia social. No podemos concebir una solución climática que priorice el lucro sobre el bienestar socioambiental.
En el próximo artículo abordaremos el Mercado Regulado de Carbono.
Referencias
Muy bien. Detalles del programa de Estándar de Carbono Verificado