Una mirada a los Derechos Humanos en la agenda climática
Las expectativas para esta Conferencia de las Partes que se celebra en la ciudad de Sharm el-Sheikh, Egipto, son que los países demuestren que han hecho su tarea. Según la secretaría de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el foco de la COP27 es el cumplimiento de las promesas hechas por los países en el marco del Acuerdo de París, que han resultado principalmente en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El obstáculo, sin embargo, no es la presentación de los resultados de las promesas hechas, sino más bien la insuficiencia de los resultados. El Informe de síntesis sobre las contribuciones determinadas a nivel nacional, publicado recientemente por la CMNUCC, muestra que los compromisos y esfuerzos actuales de los países siguen siendo insuficientes para limitar el calentamiento global a 1,5 °C para finales del siglo.
Pero, además de las obligaciones climáticas, otro tema que rodea a esta COP 27 son las denuncias de violaciones sistemáticas de los derechos humanos por parte del país anfitrión en relación con su política penitenciaria. Se estima que en el país hay alrededor de 60.000 presos políticos, casi la mitad de la población carcelaria del país, y muchos de ellos ni siquiera han sido juzgados.
La cuestión ha adquirido mayor relevancia desde que Alaa Abdel Fattah, una de las principales figuras del levantamiento popular que llevó a la caída del dictador egipcio Hosni Mubarak en 2011, fue condenado por el actual gobierno a cinco años de prisión por “difundir información falsa”, después de pasar la mayor parte de la última década en prisión. Muchos lo consideran un preso político. Fattah inició una huelga de hambre hace más de 200 días y está tratando de atraer la atención mundial sobre su caso durante la Cumbre del Clima. Además de Alla Abdel Fattah, al día siguiente del inicio de la COP 27, tres periodistas egipcios dijeron que también habían iniciado una huelga de hambre en apoyo a Fatah, que ya había dejado de beber líquidos el domingo, día inaugural del evento.
Organizar un evento de esta importancia en un país fuera de los países centrales sirve para dejar claro que estas naciones también son protagonistas en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, es claro que la lucha ambiental no puede disociarse de la protección de los derechos humanos, ya que la verdadera sostenibilidad reside en el trípode que involucra el medio ambiente, los derechos sociales y la economía. Sin embargo, es difícil encontrar un país que esté libre de reproches en materia de violaciones de derechos humanos, y una visión eurocéntrica podría llevar a aplicar fuertes sanciones a algunos países en detrimento de otros. Por lo tanto, es necesario un seguimiento global y exigir acciones a todos los países para garantizar que los derechos humanos estén plenamente garantizados.
Autor: Jaciele Davi